miércoles, 11 de marzo de 2009

AMOR PLATÓNICO


El amor, hablando estrictamente (por tanto, el amor sólo, no el estado total de la persona que ama), es pura actividad sentimental hacia un objeto, que puede ser cualquiera, persona o cosa. A fuer de actividad “sentimental”, queda, por una parte, separado de todas las funciones intelectuales-percibir, atender, pensar, recordar, imaginar-; por otra parte, del deseo con que a menudo se confunde. José Ortega y Gasset. Estudios sobre el amor.
Sabemos que existen muchos tipos de amor, el amor maternal, el amor familiar, el amor a un objeto, a la persona amada, etc. Hablare del eros del amor. El eros es la pasión, el deseo ardiente, el sentimiento y el impulso despertado por el objeto del amor, que incluye lo sexual pero que invade todo al ser del amante.
Platón (427-347 a.C) escribió a lo largo de su vida tres obras muy importantes referentes a este viejo sentimiento humano. La primera obra que Platón escribe sobre este tema es el Lisis, un ensayo en el cual lo importante es la philía y no el eros. (1) Posteriormente escribió el Fedro (370 a.C), en el que se contraponen concepciones distintas entre el eros y las relaciones eróticas. Es uno de los textos más bellos de Platón, por su lograda combinación de la forma literaria y por el contenido filosófico. Diez años más tarde escribió El Banquete, un simposio (sympósion) en cual los comensales debaten sus propias opiniones acerca del amor, siendo la más importante la de Sócrates, que influido por Diotima (2), nos regala sin duda, una lección de amor tan eterna como el propio sentimiento.

Si hiciéramos una encuesta a un determinado número de población preguntando “¿qué es para ti el amor?”; obtendríamos tantas respuestas como número de personas encuestadas.
Hay muchos “amores” donde existe de todo menos autentico amor. Hay deseo, curiosidad, obstinación, sincera ficción sentimental, etcétera; pero no esa cálida afirmación del otro ser, cualquiera que sea su actitud para con nosotros. En cuanto a los “amores” donde efectivamente la hallamos, es preciso no olvidar que contienen muchos otros elementos además del amor sensu stricto. En todo amor reside un afán de unirse al que ama a otro ser que aparece dotado de alguna perfección de belleza. Y como dicen en cierta película de Disney “No hay mayor verdad, la belleza está en el interior”.




(1) Philía tiene sentido de “amor” y luego “trato amoroso”, “afecto íntimo”; de ahí que en oposición al eros apasionado vaya a designar a la amistad. El Eros expresa el deseo, y muy en especial el deseo amoroso, la pasión, el anhelo y ansia de alcanzar aquello que se ama. También sería conveniente señalar otros términos usado como ágape: amor en general y philantropia: amor al hombre en general.

(2) Sobre la dudosa historicidad de Diotima se ha discutido bastante. Platón la describe como una mujer de Mantinea. No cabe duda que sus ideas son enteramente platónicas. Pero el hecho de que sea de la ciudad arcadia de Mantinea puede muy bien deberse a la semejanza de ese nombre con la palabra mántis (adivino). (Cf. W. K. C. Gutthrie, A History of Greek Philosophy, IV, Cambrige, 1975).

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