domingo, 1 de febrero de 2009

MARIPOSA



Un día apareció frente a mí un pequeño ser que decía venir de otro mundo. Me dijó que era un gran mago y que a cambio de mi alma podría ofrecerme un mundo lleno de belleza y de libertad. Que iba a hacer yo, me encontraba ahí, en mi pequeño capullo tejiendo y tejiendo kilómetros de seda para la señora. Ella nos obligaba a realizar el trabajo sucio, pues ¿quién iba a querer a un gusano? Yo tenía ansia de conocer el mundo, de poder sobrevolarlo, de posar en el balcón de la dama y que ésta se enamorara de mi belleza. Acepté el trato de aquel pequeño ser firmandó la hoja del árbol más antiguo del bosque, sólo así sería eficaz el trato. Me convertí en un ser bello, todos se quedaban admirados cuando posaba frente a ellos. Tan libre, mis alas me permitían llegar a lo más alto, fui osada y quise llegar hasta el sol, fue entonces cuando descubrí que era tan frágil... ahora sólo me queda aprender a defenderme con las alas rotas.

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